Cuando huir se convierte en tu mejor opción
Y es que cuando estás hasta el gorro te vienen unas ganas irrefrenables de dejarlo todo y marcharte. De repente ‘huir’ se convierte en tu mejor opción.
Y es que cuando estás hasta el gorro te vienen unas ganas irrefrenables de dejarlo todo y marcharte. De repente ‘huir’ se convierte en tu mejor opción.
Hay temporadas que uno se siente más sensible, irascible y negativo. No tiene porqué haber algo concreto que desencadene ese estado, a veces es acumulación de cosas y circunstancias.
Personalmente, no me gusta pensar si me arrepiento de lo que he hecho porque ya está hecho y no lo puedo cambiar. Prefiero centrar mi energía en lo que aún no he hecho y me gustaría hacer.
En parte sabes y sientes que si no haces, las cosas no cambian, siguen igual, pero hay algo que no te está dejando avanzar. Tu cabeza va a mil por hora pero no logras poner orden. El no hacer te mantiene encallado y no sólo pierdes tiempo, sino que estás perdiendo una gran cantidad de energía.
Tristeza, rabia, odio, enfado, pueden pasar de ser tu estado de ánimo a transformarse en tu estado del ser. Y tú, sin ser consciente que eso podía pasar, has dejado que ese estado de ánimo se quede en ti día tras día, semana tras semana y se ha hecho fuerte. Ahora parece que ese estado de ánimo forme parte de ti porque ahora te sientes así.
Estas últimas semanas te vas cruzando con personas con las que no te has visto durante el verano, padres, madres, compañeros o amigos...y de manera muy espontánea soltamos un ‘por fin, ya de vuelta’ o un ‘ya era hora, todo vuelve a la normalidad’ y otras variaciones. Y digo yo, realmente tanta normalidad y tanto desear que todo vuelva a ser lo mismo, ¿es lo que queremos? ¿es lo que necesitamos?
Y digo yo, ¿por qué nos cuesta tanto disfrutar del momento? Disfrutar de lo que tenemos ahora y no perdernos en la ilusión de un futuro o de un pasado, de un futuro que hasta que no sea, no ES y un pasado que fué pero ya no ES.
Cuando lo que crees y lo que piensas está alineado con lo que dices y lo que haces, estás viviendo en coherencia. Cuando lo que crees y lo que piensas no está alineado con lo que dices y lo que haces, no estás viviendo en coherencia.
¿Qué pasa cuando alguien toma una decisión que te afecta y no has podido participar en la decisión? Esto ocurre muchas veces, seguro que te viene alguna a la cabeza. En el trabajo, con tu pareja, con un amigo… ¿verdad? Cada uno de nosotros tomamos decisiones que, de alguna manera, pueden afectar a otras personas. Y las que tomas TÚ también, my friend, esto no es en una sola dirección.
Nos resistimos a perdonar, nos resistimos a olvidar, a creer, a sentir, a aceptar, a cambiar. La resistencia es una actitud de oposición que se presenta en diferentes formas. A veces nos resistimos por miedo, otras por desconocimiento, por querer tener razón, por llevar la contraria, por ser intolerantes o por sentirnos amenazados.