
Cómo expresar lo que tú quieres sin herir a nadie
Con tal de evitar discusiones, enfrentamientos o querer gustar, somos capaces de dejar de decir lo que realmente pensamos, de hacer lo que realmente queremos o de ser quienes realmente somos.
Expresar lo que uno quiere parece fácil, pero para algunos puede resultar muy complicado.
Te puedes encontrar reaccionando de una manera pasiva frente a una situación o una conversación y no expresar lo que sientes o lo que piensas. Te sientes incómodo y a la vez, no quieres incomodar. Quieres evitar que la otra persona se ofenda, que se enfade o que piense según qué de ti.
O al contrario, te puedes encontrar reaccionando de una manera agresiva queriendo imponer lo que tu piensas sin tener en cuenta a la otra persona, sin importarte si puedes estar hiriendo u ofendiendo con tus palabras y tus formas.
Encontrar el punto medio en el que tú puedas expresar lo que piensas, lo que sientes o quién eres, respetando al otro, es todo un arte. Es el arte de la asertividad.
Esa habilidad social que no todos tenemos pero que todos podemos trabajar. Se trata de prestar atención, observar y tomar conciencia de cómo estás reaccionando frente a según qué situaciones, según qué personas o grupo de personas.
La wikipedia la define así: ‘La asertividad es una habilidad social que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos, respetando a los demás; tiene como premisa fundamental que toda persona posee derechos básicos o derechos asertivos.’
La asertividad es el punto medio entre la agresividad y la pasividad. Ser capaz de defender de manera tranquila, positiva y respetuosa lo que tu piensas, sientes o crees, sin necesidad de ofender, molestar o agredir a nadie.
En el momento que el cerebro interpreta que estamos siendo amenazados, se pone en alerta y puede que reaccionemos alejándonos de este punto de equilibrio, ese punto medio que te decía.
El cerebro, ante una situación amenazante, puede poner en marcha una reacción innata de lucha, huida o parálisis. Es lo que se llama el sistema de supervivencia.
La reacción del cerebro es ultra rápida y muchas veces tomamos decisiones a modo reflejo o inconsciente, sin antes medir o considerar las consecuencias que pueda tener. Por eso es importante tomar conciencia y autogestionarse.
El rechazo social puede llegar a ser peor que el dolor físico.
Sentirse rechazado, temer la reacción del otro, querer gustar, no querer que el otro se enfade, no querer incomodar, no querer herir, la falta de confianza…hace que uno no sea asertivo en sus relaciones y esto acaba pasando factura. ¿Te suena?
¿Te imaginas ser capaz de expresar lo que tú deseas sin sentir todo esto?
La asertividad está directamente relacionada con la autoestima y la autoconfianza.
¿Podemos mejorar nuestra asertividad?
Por supuesto que sí. Todos podemos trabajar la asertividad, basta que uno se lo proponga.
Aquí van 10 consejos para ser más asertivos:
✅ Por evidente que parezca, lo primero sería comprometerte contigo mismo a ser más asertivo y menos pasivo o agresivo. Fíjate cómo estás reaccionando ante situaciones o personas.
✅ Mantén la calma. Cuida tu tono de voz y tu respiración. Cuida tu lenguaje corporal y mantén una postura firme y calmada.
✅ Expresa cómo te sientes. Sé que a veces cuesta, pero piensa que tienes ‘permiso‘ para hacerlo.
✅ No te disculpes por expresar lo que sientes o necesitas. Este es un clásico. Tendemos a justificarnos o excusarnos por decir o hacer con tal que la otra persona no piense o diga según qué de nosotros.
✅ Utiliza el NO. Sé más firme (sin ser agresivo, claro) en aquello que piensas, deseas o necesitas.
✅ Recuerda que las personas no tienen porque saber lo que piensas, dilo tú. Sé tú quien reconozca tus deseos y necesidades.
✅ Escucha activa. No interrumpas e intenta comprender el punto de vista del otro. No se trata de quién tiene la razón.
✅ Centra el problema en ti, no en culpar o juzgar al otro.
✅ No hagas acusaciones. Siguiendo con el punto anterior, no hagas sentir culpable al otro. Utiliza el ‘yo siento’, ‘yo pienso’ y no el ‘es que tú siempre’ o ‘es que tú nunca’.
✅ Asume que no puedes controlar el comportamiento del otro. Sé paciente.
La asertividad es clave en nuestras relaciones.
Cuanto más te respetes a ti mismo, más te respetarán los demás.
Un abrazo,
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