Decisiones que te afectan aunque no las hayas tomado tú

¿Qué pasa cuando alguien toma una decisión que te afecta y no has podido participar en la decisión? Esto ocurre muchas veces, seguro que te viene alguna a la cabeza. En el trabajo, con tu pareja, con un amigo… ¿verdad?

Cada uno de nosotros tomamos decisiones que, de alguna manera, pueden afectar a otras personas. Y las que tomas TÚ también, my friend, esto no es en una sola dirección.

Cuando la decisión la tomas tú, lógicamente, piensas y crees que es la mejor opción y cuando la toman otros, puede que no sea de tu agrado.

Las cosas ocurren sin que tengas el control sobre ellas,
pero tienes el control total de tu reacción.

Control total de tu reacción.

Por mucho que te empeñes hay cosas que no dependen de ti y no las puedes cambiar. Lo que sí puedes es decidir qué reacción vas a tener, cómo lo vas a afrontar, cómo lo vas a vivir.

Optar por la posición de victimismo o resignación no te ayuda. Te lo guardas y con el tiempo tu cuerpo y tu mente, de alguna manera, se resiente.

Incluso puede que sea la posición más fácil y cómoda para ti. De hecho lo es, no tienes que hacer mucho esfuerzo, sólo sufrirlo.

Empezar a trabajar para que las cosas no te afecten tanto requiere un esfuerzo por tu parte. Necesitas un cambio de perspectiva y para cambiar tu perspectiva necesitas cambiar tu manera de pensar.

Somos lo que creemos y creemos lo que pensamos.

Ves por donde voy, ¿verdad?

Si no cambias tu manera de pensar, no vas a cambiar tu perspectiva.

Por muy injusto que te parezca, si realmente no puedes participar de alguna manera en la decisión, lo único que te queda es gestionar tu reacción para que no te afecte tanto.

“If you change the way you look at things,
the things you look at change.”
Wayne Dyer

Si cambias tu manera de ver las cosas, las cosas que ves cambian.

Una de las primeras cosas que puedes hacer, si el caso lo permite, es hablarlo.

Esta es una de las opciones que muchas veces obviamos. Me ofendo, me sienta mal, empiezo a darle a la cabeza, pero decido callarme. Apechugar, vamos…

No te digo que lances lo primero que te venga a la cabeza porque lo más probable es que no lo digas tan bien como sabes. Ordena tus pensamientos y sentimientos y lo planteas.

A menudo nos equivocamos suponiendo lo que el otro pensará o dirá. Puede que la otra persona no haya tenido en cuenta algo que para ti es importante porque sencillamente no lo ha considerado. Si se lo razonas y das tu punto de vista puede que la otra persona reconsidere su decisión.

O puede que no. Entonces ya estás en la opción que yo llamo de integración.

Recuerda que cada uno de nosotros tenemos NUESTRA perspectiva.

La integración requiere un esfuerzo por tu parte, pero es la clave para lograr tener el control de tu estado emocional.

En esta fase se ponen de manifiesto valores como:

  1. LA ACEPTACIÓN. Que no resignación. Aceptar sin resistirse. Aceptar que las cosas ocurren, nos guste o no.
  2. EL NO JUICIO. Dejar de juzgar y de criticar a los demás. Sólo hace que crearte un estado de malestar, de rabia, de frustración…que no te aporta nada.
  3. LA TOLERANCIA. Ser más tolerante, aceptar a las personas, sus opiniones y manera de pensar. No pasa nada si no se está de acuerdo.
  4. SER MÁS PACIENTE. Respira hondo y fuerzate a aflojar el ritmo físico y mental. Practica la escucha activa, asegurate que prestas la atención que se merece cada cosa que haces o cada persona con la que estés.
  5. EL PERDÓN. Aprender a perdonar y a perdonarte. No guardes rencor, te hará daño.

El cambio no suele ocurrir de la noche a la mañana. Es un proceso que debes ir integrando en tu manera de afrontar las circunstancias que se te presenten.
Date tiempo.

Y si necesitas ayuda, ya sabes dónde estoy 😉

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7+1 Factores Clave para que las cosas no te afecten tanto

Una guía práctica y accionable en la que te comparto los 7+1 factores que debes tener siempre presentes para gestionar esta montaña rusa emocional. El +1 está dentro de los 'top 5' del crecimiento personal.