¿Te ha pasado alguna vez de estar buscando algo como un loco, tenerlo delante de tus narices y no verlo?
A mí también.
Imagínate si trasladamos esto a un terreno un tanto más…digamos ‘espiritual’. La de cosas que se nos pueden estar pasando por alto y nosotros ni darnos cuenta. VER, en mayúsculas, puede no resultar sencillo. Pero independientemente de lo fácil o difícil, el tema es: estar dispuesto a ver.
¿Cómo puede ser que después de haber mirado 20 veces en el cajón, no haya visto que las llaves, el cuaderno, las gafas o lo que sea, estaban allí?
¿Cómo puede ser que algo tan evidente se nos pase por alto? No es que tengas un fantasma en casa, ni que nadie te esté intentado fastidiar, no.
Esto nos pasa con las llaves y con la mayoría de cosas que pasan a nuestro alrededor a lo largo del día.
Filtramos de manera inconsciente y, muchas veces, no precisamente a nuestro favor. La mayoría de actividades diarias están mediadas por procesos de atención.
Y ¿qué es atención?
Según Lucas Galdino Bandeira dos Santos – brainlatam.com, “la atención es la capacidad de mantener los procesos mentales centrados en algo que estamos observando u oyendo, por ejemplo.”
Y sigue,
“La atención es una función cerebral que tiene como objetivo principal asignar el procesamiento cognitivo hacia un estímulo, sea visual, auditivo o relacionado con algún otro sentido. Es decir, la atención define qué información es más relevante entre las diversas entradas sensoriales que se producen al mismo tiempo que el estímulo.”
¡Ojo con esto! Cuando nuestro cerebro se focaliza en algo, también quiere decir que está prestando menos atención a otras cosas que también están pasando.
Para que veas cómo funciona la ‘atención selectiva’ y tú mismo te pongas a prueba, aquí te dejo un video de un experimento de Daniel Simons – The Monkey Business Illusion.
Se trata que cuentes cuántas veces se pasan la pelota los que van vestidos de blanco.
Te sorprenderá 🙂
Cosas de nuestra mente… 😉
Un abrazo,
