Tal vez no puedas dejar de pensar en una situación del pasado que te hizo sentir mal o en una persona que te hirió.
A menudo ciertos pensamientos parece que insistan en quedarse anclados en nuestra mente y lo único que hacen es perjudicarnos, nos hace pasar un mal día o incluso una mala temporada.
Cuando te sientes mal por algo, parece que todo lo demás también vaya mal. Todo se te hace cuesta arriba, sientes como si el mundo fuera en tu contra, no encuentras sentido a muchas cosas y entras en un bucle del que no es fácil salir.
Tu mente se enfoca en aquello que va mal, en lo que te falta y en lo que no funciona. Te invade la tristeza, la rabia, el rencor…y toda una serie de sentimientos que tu cuerpo siente, y está bien que sienta, pero que debes aprender a gestionar para evitar que estos sentimientos te afecten de la manera que lo están haciendo ahora.
Hasta aquí bien, pero…
Personalmente, eso de ‘tienes que sentir las emociones’, me da un poco de grima. ¿Por qué tengo que sentirlas si es precisamente lo que más me molesta? Pero bueno, vamos a ser prácticos y quedémonos con sentirlas para identificar qué es lo que molesta. Tener identificado qué es lo que te molesta ya es algo con lo que poder empezar a trabajar.
Otra de las frases que me chirría es ‘aprender a controlar tus pensamientos y sentimientos’. Teniendo en cuenta la cantidad de pensamientos que tenemos a lo largo del día, que dicen por ahí que son unos 60000 – tal vez sea un mito, pero me da igual – ¿cómo los vas a controlar?
Volviendo a la parte práctica, me quedo con que los pensamientos no los podemos controlar. Los pensamientos van y vienen. Pero sí me quedo con algo: no creerme todo lo que pienso.
“El cambio empieza en ti”…¡Otra que tal!
Decirle a alguien “el cambio empieza en ti” cuando lo está pasando mal, se siente herido, todo lo ve oscuro y cree que el mundo está en su contra, lo menos que puede tener es un cortocircuito mental.
Lo que sí sabes a estas alturas es que hay cosas que tú no puedes cambiar y si hablamos de personas, aún menos. Es una lucha perdida.
Pretender que algo que no está en tus manos cambie para tú estar mejor, es un desgaste que no lleva a ningún sitio. Estás dejando fuera de tu alcance el sentirte bien. Estás dejando la posibilidad de estar bien en manos de otros. Esto es importante.
¿Qué puedes hacer tú?
Tienes dos opciones: optar por estar mal u optar por estar bien. Las dos te pertenecen. Ahora bien, hay una gran diferencia entre las dos: una no cuesta, la otra sí.
1. Tienes la opción de seguir como estás, dejando que las cosas pasen, te afecten y tú no hacer nada.
2. Tienes la opción de, ya que pasan igualmente, hacer algo para que no te afecten tanto.
Te avanzo que tu mente te empujará hacia la opción número 1. Para la 2, tendrás que poner de tu parte.
Si quieres sentirte mejor, vas a tener que hacer cosas que tal vez no te apetezca, pero es el ‘precio’ a pagar. Vale la pena, te lo aseguro.
Aviso: esto no es un trabajo de una sola vez y ya nada me vuelve a afectar, ¡no!
A lo largo de la vida, seguirás encontrándote con personas, situaciones y vivencias que te alterarán, te afectarán y te harán sentir mal. El reto está en lograr que, a pesar de lo que suceda, tengas las herramientas para lidiar con todo ello de la mejor manera posible para ti.
Guarda, como si de una caja de herramientas se tratara, lo que hoy te comparto y utilízala cuando lo necesites para evitar que tu mente te bloquee.
Te comparto algunas que yo he leído y probado y otras de cosecha propia.
#1 – No quieras controlar lo que no puedes controlar.
#2 – Perdónate, no seas tan duro contigo.
#3 – Aprende de los errores que hayas podido cometer.
#4 – No guardes rencor, no te ayudará nada.
#5 – No quieras tener razón sólo por tenerla. Sirve de poco.
#6 – Aléjate de personas tóxicas. Rodéate de gente positiva y optimista.
#7 – Céntrate en lo que tú quieres, en lo que te hace feliz, en lo que te hace sentir bien.
#8 – Aprende a vivir en el momento presente. Muy a menudo estamos pensando en el pasado o en el futuro. Intenta centrarte en el ‘ahora’.
#9 – Cambia los pensamientos negativos cuando te invadan. No hace falta que te creas todo lo que piensas. Cámbialo inmediatamente por uno que te guste. Si no puedes cambiarlo de buenas a primeras, transfórmalo un poco por lo menos.
#10 – Practica algo de yoga, meditación, mindfulness o relajación. Te sorprenderá.
#11 – Cuídate y mímate. Haz ejercicio, ves al gimnasio, baila, corre…esto hará que tus hormonas de estrés disminuyan. Cuida tu alimentación.
#12 – Cierra este capítulo en tu mente. Perdona el daño que te han hecho y perdónate a ti mismo. Somos todos humanos e imperfectos. Todos y tú también.
#13 – Agradece lo que tienes, que es mucho, seguro. Todos tenemos cosas por las que estar agradecido y por las que disfrutar. Agradece las pequeñas cosas y los buenos momentos.
#14 – Escribe lo que sientes. Ponerlo sobre papel ayuda más de lo que te crees.
#15 – Pide ayuda si lo necesitas. Hablar y compartir lo que te pasa por la cabeza te puede ayudar mucho, pero escoge bien.
La opción la tienes. Ahora, ¿cuán dispuesto estás a hacer algo para estar mejor?
De jovencita mi madre me decía (tal vez me hayas oído decir esto alguna vez, pero te lo comparto porque a mi me ayuda mucho):
“Si algo no te gusta lo cambias y si no, te adaptas, pero para de quejarte.”
Hasta el próximo post
Un abrazo,
Noemí